9 de gener del 2010
CON EL OMBLIGO ENCOGIDO - Quim Monzó
Tal día como hoy, hace quince años, murió Pere Calders, a quien muchas bases de datos onomásticos y diversos medios de comunicación catalanes definen estos días como "escritor y cuentista catalán", cuatro palabras de las que se infieren dos cosas. La primera: que los cuentistas no son escritores. Detengámonos un momento en este punto. ¿Acaso los cuentos no se escriben? ¿Acaso no es el cuento un género literario? A lo largo de la vida me he encontrado mil veces con esa memez de considerar que la parte (el género) no está incluida en el todo (la literatura) y, aunque al principio me repugnaba repetirme, he llegado a la convicción de que, si los obtusos perseveran en lo suyo, ¿por qué no hemos de perseverar los demás en lo nuestro? Por eso, un día decidí que mostraré mi sorpresa tantas veces como encuentre estupideces de esa categoría, la más habitual de las cuales es la de "escritor y periodista", que a menudo colocan tras el nombre del autor de un artículo, como si el periodismo no fuese una de las ramas más nobles de la escritura. Una vez - no hace mucho-vi que, en la firma de un artículo, tras el nombre del autor ponían "poeta y escritor", y pensé: "Ya ni la poesía es literatura". A José María Gironella, la placa que tiene en Darnius lo define como "escritor y novelista", de modo que tampoco los novelistas serán escritores. Entonces, si ni periodistas ni cuentistas ni poetas ni novelistas son escritores, ¿quiénes lo son? Quizá los notarios, los que toman la lectura del contador del gas o los urbanos, cuando redactan las multas, con faltas de ortografía en la lengua que sea. La segunda cosa que se infiere de la frase con la que definen a Calders es que no fue - para decirlo a sumanera-un "escritor y cuentista", sino - atención-un "escritor y cuentista catalán". Yo casi escribiría "escritor-y-cuentista-catalán". Es esa una condición que los catalanes que escriben deben soportar - ¡en Catalunya!-a lo largo de la vida. Que un diario de Valladolid o de Berlín te defina como "escritor catalán" es lógico, porque así te sitúan en el mapa. Pero que lo diga la prensa de Catalunya - incluida la que se escribe en catalán- define perfectamente en qué situación nos encontramos. Es comprensible que nuestros diarios expliquen que Stieg Larsson era un escritor sueco, por si alguien aún no lo sabe, o que hablen del "escritor francés Patrick Modiano". Porque no somos ni suecos ni franceses. Pero que los catalanes hablen de Pere Calders como de un "escritor catalán" es un ejemplo claro de hasta qué punto los medios de este país tienen una visión excéntrica de lo catalán, de hasta qué punto esta Catalunya - ¡con ny, eso sí!-es el producto de una devastación que, encima, debemos aplaudir. Contrariamente a aquello de lo que nos acusan, no sólo no nos miramos el ombligo sino que no dejamos ni un instante de mirar el ombligo foráneo, tanto, que el nuestro nos parece ajeno. La Vanguardia, 14/07/09
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1 comentari:
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